SESIÓN V. EL NARRADOR Y LOS
PERSONAJES
OBJETIVOS:
- Comprender
y distinguir los modos de construcción del narrador y los personajes, así como
sus tipos.
- Rastrear y
analizar las marcas de la deixis personal.
-
Reflexionar sobre las distintas estrategias literarias de creación de
narradores y personajes, así como sobre sus implicaciones.
- Explorar nuevos
modos de narración en torno al narrador y los personajes.
-Componer un
escrito que juegue con diferentes estrategias narrativas en relación al
narrador y los personajes.
CRITERIOS DE
EVALUACIÓN:
- Valoración
positiva de la lectura, comprensión e interpretación del texto y su puesta en
relación con los recursos añadidos.
-
Participación activa en las actividades y debates que se planteen.
-
Adquisición de habilidades de análisis del narrador y los personajes.
- Resolución
de las actividades con ayuda de las fuentes proporcionadas y aquellas que son
resultado del trabajo autónomo del alumno o alumna.
- Creación
de una breve composición escrita que responda a las pautas establecidas.
ACTIVIDADES:
«El gran
Serafín» (Adolfo Bioy Casares, 1967)
Por una escalera
ruidosa, tal vez frágil, subieron. La pieza tenía algo de cabina; desde luego,
la estrechez. La mesita de pinotea, la silla, el lavatorio, apenas dejaban
lugar libre. Álvarez, por un tiempo que le pareció interminable, se mantuvo
inmóvil: tan cerca estaba la muchacha. Para romper esa incómoda quietud inclinó
el cuerpo en sesgo, apoyó una mano en el borde del lavatorio, con la otra abrió
el grifo. Como acróbata inseguro intentó una sonrisa. Ni bien manó el agua
reparó en un aroma que le trajo vagos recuerdos.
—Olor a azufre—explicó
la criadita—. Ahora el agua sale termal, dice la señora.
Él puso el dedo en el
chorro.
—Está
caliente—advirtió.
—Ahora toda el agua se
volvió caliente. Y allá—indicó en dirección a la ventana—sale sola, en grandes
chorros de la tierra.
El aire que la
muchacha movía al hablar le soplaba cosquillas en la nuca; eso, por lo menos,
creyó Álvarez. Pasó, como pudo, al otro lado del lavatorio y miró por la
ventana. Vio el jardín de flores el sendero de granza blanca, una abertura en
la arboleda, más allá el campo. A lo lejos divisó un grupo de gente y un humo
tenue.
—El terreno aquel es
de la señora—prosiguió la criadita—. Mandó a los peones cavar para descubrir
qué hay abajo.
—En las
entrañas—murmuró Alvarez.
—¿Cómo?
—Nada.
Entonces la miró de
frente. Con una mano corta, graciosamente la alemanita levantó la mecha que le
caía sobre los ojos ladeó su cara de cachorro, sonrió con extrema dulzura y
partió. Álvarez recorrió con la mirada el cuarto. Por vez primera—¿desde cuándo?
ya no recordaba— se encontró feliz. Tenía en ello parte cierta vanidad un tanto
infantil, común a todos los hombres, y parte el cuartito que le destinaron, con
algo de celda de refugio; y también la ventana sobre el campo. No importa sin
embargo, el motivo del contento; importa el hecho por su cronología por casi
inmediatamente preceder a la desazón y al temor en la playa. Desde luego, por
motivos imponderables, un convaleciente pasa del bienestar a la depresión; pero
la verdad es que Álvarez bajó al mar con el ánimo alegre.
Estuvo en la playa no
menos de tres horas, al sol primero, luego a la sombra del acantilado, porque
recordó vagas historias de veraneantes, inevitablemente comparados con
camarones, que por un momento de descuido o por una demasiado íntima comunión
con la naturaleza, tuvieron que envolver a la noche en aceite blanco las
quemaduras de segundo grado, mientras el delirio les refería cuentos
fantásticos. Álvarez no quería que un percance tan trillado le arruinara las
vacaciones.
Como tampoco quería
disgustos con la patrona, a la una menos cuarto emprendió el camino de vuelta.
A pesar del acostumbramiento del olfato, notó que el extraño olor marino
aumentaba.
(1) A partir de
los conocimientos adquiridos sobre el narrador en los cuentos del Boom, lee el
fragmento de El gran Serafín y responde a las siguientes preguntas: ¿Qué
informaciones tiene, a simple vista, el narrador? ¿Crees que le falta algún
tipo de conocimiento? ¿En qué persona y tiempo verbal escribe y qué marcas
dícticas de persona encuentras relacionadas con ello? A partir de aquí, di ante
qué tipo de narrador estamos.
(2) A partir de
los conocimientos adquiridos sobre los personajes en los cuentos del Boom, lee el
fragmento de El gran Serafín y responde a las siguientes preguntas: ¿Quién
dirías que es el o la protagonista?, ¿en qué datos u observaciones te basas
para ello? Detalla sus características.
(3) ¡Ahora toca
escribir un poco! Partiendo de la combinación de tus conocimientos sobre el
narrador y los personajes en los cuentos del Boom escribe un fragmento de unas
quince líneas, en tercera persona omnisciente, en el que el protagonista huya
de su aldea a causa de un soldado que lo persigue y se exilie en otro país. Si
quieres hacerlo muy, muy bien, puedes revisar los apuntes sobre el espacio y el
tiempo tratados en sesiones anteriores.
DESARROLLO DE LA SESIÓN:
Para llevar a cabo una sesión
interdisciplinar el profesor puede partir de la proyección del videoclip Desencuentro
de Residente, en el que suena una canción en forma de epístola mientras un
hombre le escribe una carta en un restaurante a una mujer sentada justo
enfrente de él. Tras la visualización y la audición de este videoclip se
plantean preguntas como «¿A quién hace referencia la voz que canta?, «¿quién es
el narrador en esta canción?» o «¿hay definido un protagonista de forma
clara?». Es interesante porque al final del mismo hay una bifonía de voces
entre el hombre y la mujer, entre narraciones en castellano y francés que se
van contraponiendo.
Posteriormente el profesor dirige la
lectura grupal del fragmento citado de Bioy Casares. El mismo facilita los
comentarios de los alumnos para construir definiciones que permitan la
identificación de narrador y personajes en la obra. Es recomendable iniciar con
preguntas generadoras que propicien el goce a la lectura, el placer literario,
por ejemplo partiendo de la pregunta de «¿Quién es Serafín?». Se debe hacer un
cierre a esta actividad cerrando las preguntas que puedan haber surgido durante
la lectura.
Se pide a los estudiantes que
realicen las actividades en grupos de dos personas. Es importante que escriban
y redacten las dos primeras, pero luego serán puestas en común con el resto de
la clase. El profesor cierra la sesión mediante la resolución de los
interrogantes surgidos, no obstante la tercera pregunta simplemente se
entregará para ser corregida y evaluada por el profesor.
BIBLIOGRAFÍA:
Bioy Casares, Alfonso
(1982): «El gran Serafín». En La invención de Morel; El gran Serafín,
Trinidad Barrera (ed.). Madrid: Cátedra. El texto completo puede ser consultado
aquí.
Residente (2017):«Desencuentro». En Residente. Sony Music. El
videoclip puede ser visualizado aquí.
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